LOS TRAUMAS A LO LARGO DE LOS SIGLOS
Desde hace mucho tiempo atrás la
historia del mexicano fue devastador, desde la llegada de los europeos montados
a caballo, luciendo sus armas de acero y con vestiduras, mientras que los
indios a pie, semidesnudos, amados con flecas de madera. Aquellas batallas eran
catastróficas así como humillantes, habiendo miles de indios derrotados
salvajemente por europeos y no conformes con la derrota, pretendían destruir la
cultura indígena. Lográndolo hasta ese entonces aunque se disfrazara de
religiosidad.
Hubieron ocho situaciones que
podemos considerarlas como “ocho traumas de nuestra historia”.
1- La
conquista militar.
2- La
conquista espiritual
3- El
mestizaje
4- La
secularización
5- La
independencia
6- La
mutilación del territorio nacional
7- La
reforma
8- La
revolución
La conquista militar y religiosa
fue un desastre que daño las bases con los dioses, convirtiendo el silencio
como el lenguaje del indígena gracias a que la doble conquista expulso al indio
como autor de la historia; lo borro y lo anulo. Estos hombres desconectados de
fu fuerza, divididos y separados siguen viviendo pero como sombras.
Las mujeres se veían en la
forzada situación de traicionar a su raza y su cultura con españoles, teniendo
hijos que crecían a la sombra de la madre y lejos del padre. Teniendo en cuenta
este suceso hasta la fecha la familia mexicana carece de padre y exceso de
madre. Siendo el mestizo un auténtico hijo de su madre, era rechazado en el
mundo del criollo y en el mundo del indio.
Desde la época precortesiana la
mujer era poco menos que cosa. Cuando cortes llego a estos territorios, con
toda naturalidad le regalaron veinte doncellas y entre ellas se encontraba la
malinche con quien procreó a Martin
Cortez.
Los franciscanos, dominicanos y
agustinos compitieron entre sí para fundar pueblos, una especie de ciudad
celestial en la tierra, para tener un control político, cobro de tributos y una
evangelización a los indígenas. Las tierras indias les pareció a muchos
descubridores en paraíso terrenal, y muchos misioneros creyeron q su misión era
instituir en estas tierras vírgenes lo que en la Europa sofisticada y corrupta
ya no se podía realizar.
Después de que Carlos III en 1753
retiro a los misioneros franciscanos, dominicanos y agustinos, los indígenas
quedaron desamparados, no habían madurado. A finales de este mismo siglo los
autores del movimiento proindependencia son los criollos a favor de sus propios
intereses, no a favor de los mestizos o indios. Los criollos utilizaron un
símbolo religioso-patriótico: la virgen de Guadalupe que lucho contra la guerra
de la virgen española. Los indígenas consumaron la conquista y los criollos
consumaron la independencia.
En 1847 después de 26 años de la
promulgación de la independencia, el país sufrió la mutilación de más de la
mitad de su territorio por parte de los vecinos del norte. La reforma se dio
entre 1854 y 1857 y concluyo con la elaboración de a constitucion de febrero.
México es un lugar de conquista,
por si fuera poco al transcurrir el siglo XX sufrió otra conquista por parte de
los norteamericanos que con su diplomacia, sus trasnacionales, sus productos,
sus consumistas, sus espectáculos, sus modas y su lenguaje: nos invaden. La
expropiación petrolera fue promovida por los norteamericanos para expulsar a
sus competidores europeos.
NUESTRA PSICOLOGIA PROFUNDA
Después de la llegada de los
europeos y la unión de estos con la indígena, el mestizo era un hijo de puta o
hijo de la chingada, ósea de la mujer violada y burlada. Muchas veces el
mestizo solo recibía afecto, cariño, protección a través de la madre.
El mexicano tiene presente su
historia, en tiempos pasados admiraba y respetaba al español ahora lo hace con
el conquistador gringo, pero en el fondo detesta a ambos. Hasta entonces el
sentimiento del mexicano hacia la mujer es ambiguo, por un lado la respeta y
por el otro la rechaza comportándose como un verdadero machista cuando
pronuncia palabras tales como: “mi vieja”, “vieja el que se raje”, “palabra de
hombre”, “esto es un desmadre”, “me importa madre” y “me voy a madrear a
fulano”. El mexicano siempre encuentra lejos del mundo y de los demás;
también de sí mismo, experimentando inseguridad,
temor, masoquismo, búsqueda del anonimato y mezclarse en lo social, creando un
“nosotros”.
Existe una diferencia entre un hombre y una mujer
mexicana; el hombre no se puede rajar, porque si se raja se abre y ya no sería
hombre seria mujer por que las mujeres consideradas como seres inferiores se
rajan y se abren al entregarse.
El mexicano usa mascaras para
disimular que sufre de identidad optando
el” valemadrismo” hasta el grado de
burlarse de sí mismo para aparentar su desgracia, Los “alardes” desafiando
peligros innecesarios, el “lenguaje procaz”, “los desplantes de superioridad”
despreciando a los nacos y a los indios, también se revela contra el patrón.
Desde que nos hicieron creer que somos seres
inferiores e incompletos, ha provocado que nos escondamos bajo las sombras,
usemos máscaras y disimulemos, usando un lenguaje como barrera para defenderse
y poder desaparecer. Vivimos en un país enfermo de mentiras, donde se estafan
unos a otros, no cumplen sus compromisos, se burlan de la ley, soplan a los
delincuentes y aceptan vivir como esclavos mientras se les de comida y
pasatiempos.
Haciendo una comparación
Díaz-guerrero entre el mexicano y el norteamericano, este último es activo,
independiente, individualista, firme, tenso, autoafirmativo, con alta necesidad
de logro, mientras que el mexicano es complaciente, obediente, afiliativo,
flexible, dependiente e inhibido. Una clara descripción es que el gringo es un
roble y el mexicano un sauce, los gringos gozan de la vida mientras que
nosotros la sobrellevamos. El mexicano es temeroso, no quiere perder su
identidad portándose patriotero y agresivo. El arma es el primer recurso para
defenderse de los problemas, pero también se poseen recursos positivos como
son: los símbolos nacionales, la común idiosincrasia, el folklore, las obras de
las grandes muralistas y el deporte.
México es un país religioso, no
precisamente católico, sino sagrado tomando sus vivencias no del hecho social
sino del fenómeno psicológico. Y lo demostramos en una serie de características
que representa la religiosidad cultural: providencialismo, ritualismo mágico,
superstición polifacética, tradicionalismo ciego, fatalismo disfrazado de
resignación cristiana, fanatismo, espíritu penitencial masoquista, destrozos y
penitencias, exhibicionismo, en el sentido de la religión y utilitarismo,
mediante el doy para que me den. El pueblo mexicano es guadalupano, hasta los
ateos son guadalupanos porque tenemos una dependencia psicológica antes que
todo encontramos en el Tepeyac una fe patriótica antes que una fe religiosa,
una fe psicológica antes que una fe cristiana; una proyección de carencias
profundas antes que una respuesta a mensajes celestiales.
El mexicano se atreve a retar el
orden establecido y las leyes solo para enaltecer su yo, portándose como
machista. A consecuencia de que el mexicano disimula y presume lo que no tiene
tirando la casa por la ventana cuando hace fiestas, siendo así su único lujo.
El cinismo es una actitud del mexicano, teniendo como consecuencia la famosa
mordida, el soborno, las violaciones a la constitucion, la infidelidad
conyugal, los que cobran un sueldo sin trabajar, los fraudes y la evasión
fiscal, las transgresiones a todos los reglamentos y el cinismo de los
gobernadores.
Siendo México un país de
máscaras, hace fiesta para disimular su pobreza y hasta su tristeza es por ello
que es el único país donde se le celebra a los muertos, la muerte no es el
final de la vida, sino una fase de un ciclo infinito. El mexicano convive con
la muerte, bromea, la acaricia, la festeja, duerme y juega con ella. El
mexicano la vida lo ha curado de espantos.
LA DEPENDENCIA ANCESTRAL
Por muchos siglos fuimos un país
dependiente, todo lo bueno y malo venia de afuera, se esperaba de las flotas
que llegaban a Veracruz y Acapulco, convirtiéndonos en un territorio de lo ajeno.
Desde que destruyeron nuestra cultura
siempre andamos en búsqueda de un sustituto y copiando modelos extranjeros.
Acusando a dependencias del gobierno: paternalismo, presidencialismo,
mesianismo sexenal, centralismo exagerado, servilismo ante los poderosos.
Dependencia de lo divino o sobre lo natural: providencialismo, devociones de
cuño mágico, promesas y mandas como algo caído del cielo para obtener
soluciones a los problemas, practicas supersticiosas y practicas mágicas, doctrinarismo
dogmático que congela las mentes. Se dice que el mexicano solo cree en dos
cosas: en la virgen de Guadalupe y en la lotería nacional.
También tiene una dependencia de
la familia:
Con padres sobreprotectores; que
no dejan a sus hijos crecer y cuidándolos hasta del novio, el vecino y hasta
del perro, convirtiendo a sus hijos en inútiles logrando que sus hijos tengan
una incapacidad psicológica ante la vida.
Padres dominantes; que tal vez
aplica la frase “mi palabra es la ley” logrando que sus hijos sean incapaces de
decidir por sí mismos, bajar la cabeza ante el jefe solo para mostrar respeto.
Familias matriarcales; donde la madre es la
cabeza de la familia, la madre que no supo defenderse porque sus padres no le
enseñaron o por que no aprendió a decir “no” cuando no quería y en consecuencia
ahora está sola con su hijo.
Familias-clan; donde los hijos ya
casados se quedan en la casa de sus padres para que sigan dependiendo de ellos,
porque todavía necesitan de la protección de ellos, necesitan les digan qué
hacer cuando las cosas no vayan bien, porque todavía no resignan a estar sin su
madre porque nadie mejor que ella con las comidas.
Jóvenes casados que recuren con
sus padres para que les cuiden a sus hijos, porque nadie mejor que ellos, no
cobra y los educa mientras trabajan o se van de fiesta.
También los mexicanos dependen
del medio ambiente, incapaces de pensar por su propia cuenta y seguir los
dogmas.
Los mexicanos son dóciles al
expresarse como “mande usted”, “para servir a usted” siendo los únicos en
repetirlas cientos de veces en nuestra cultura.
Gracias a su pasado está más que
condicionado y no se proyecta u orienta hacia su futuro.
Se resigna y conforma ante sus
problemas, en lugar de enfrentarlos de forma activa y agresiva. Esperando el
milagro de la virgen de Guadalupe o que se saque la lotería.
Con lo que respecta al trabajo se
conforma con “un puestito”, mientras tenga chamba mal pagada y que le dé para
comer al día y le brinde seguridad, todo está bien.
Hay una dependencia de las
tradiciones: donde abundan los ritualismos laicos; los aniversarios oficiales y
como caen muy bien porque es una ley que hay que cumplir, más cuando tenemos no
hacemos nada y nos pagan. Las tradiciones son costumbres porque “Así se ha
hecho siempre y así se tiene que hacer” ni modos no hay de otra, el presidente
lo dijo y como lo admiramos porque nosotros somos seres inferiores ante él, su
palabra es la ley.
Dependencia de la naturaleza: el
hecho de creer que tenemos los 29 recursos para ser un país rico, no quiere
decir que lo seamos, porque no nos esforzamos y no lo sabemos trabajar. Que lo
haga el vecino de alado, el sí base, él tiene como, pero luego viene la cruda
realidad porque le vendimos la tierra y aparte nos dio trabajo para cosecharla,
pero oh gran sorpresa, nos vendió los frutos, así es de critico nuestro caso.
La dependencia de los poderosos
vecinos:
Es evidente el colonialismo
cultural.
El malinchismo en todas sus
formas.
El desarrollo del espanglish.
El mexicano no es responsable
de nada, cuando algo anda mal el culpable será dios, el gobierno, la iglesia, o
hasta las trasnacionales. Pero de sus éxitos será su manager, sea local o extranjero,
y la virgen de Guadalupe.
El mexicano en resumen se
caracteriza por ser inseguro.
Tiene baja autoestima y por
esta razón minimiza su yo para poner de resalte a otras personas u otros
conceptos.
Sobrellevan las situaciones
que generan estrés, o los encara de modo
pasivo, soportándolo o buscando resguardo en roles prescritos y de forma común.
Es sarcástico con su
dialogo con el medio, por lo tanto no se
involucra a fondo. Tal vez sea por inseguridad a ser juzgado o ser la burla de
todos.
Su subdesarrollo técnico lo
lleva al providencialismo, por eso no trasciende más allá de las fronteras.
No lee literatura seria, porque
él no es serio, todo lo mira en forma de burla, por lo tanto parece no tener
ideas propias.
El mexicano sufre de ausencia
de padre, por esta razón lo idealiza como un padre autoritario, hostil y agresivo,
duro y macho. Con esta norma crecen los hijos varones, con el paso del tiempo
los más fuertes imitaran este modelo, mientras tanto los más débiles se identificaran con la madre.
Desde años anteriores el
pueblo estaba obligado a guardar silencio porque estaba dominado y reprimido por caciques, esta misma
razón es la que nos obliga a pensar que estamos gobernados por demócratas en países
de esclavos o de niños, sin embargo el mexicano es audaz y voraz, solo vela por
sus propios intereses, olvidándose de la comunidad.
El mexicano aprendió a
solicitar favores más que a exigir respeto a sus derechos, esto se viene dando
desde hace siglos. Somos manipulados fácilmente por unos cuantos; más que por
verdaderas comunidades. Un ejemplo seria cuando estamos frente a una protesta,
la gente va llegando, se acerca sin siquiera saber de qué se trata nos vamos
donde vemos montón, la típica frase mexicana:
le seguimos la corriente, sin darnos cuenta ya nos envolvieron, quien sabe cómo,
porque todos hablaban al mismo tiempo y no
escuchamos nada, pero ahí estamos, porque están peleando trabajo y si
ganan; tal vez nos toque trabajo también a nosotros. Y si no podemos resolver
nuestros problemas; pues que otros se ocupen de ellos: el gobierno, el gringo,
el banco mundial, el fondo monetario internacional, total ellos manejan
nuestros intereses.
Por los siglos de los siglos pareciera
que el mexicano se resigna a su destino, como si no tuviera historia, y
careciera de creatividad para resolver sus problemas.
Después de conocer nuestra
historia, desde la conquista de los europeos no solo de las tierras, también de
las mujeres y su cultura, después de la conquista de los estadunidenses, seguimos siendo un país pobre de creatividad,
incapaz de tomar nuestras propias decisiones y expresar de lo que estamos o no
de acuerdo. De levantar la mirada al de al frente y decir “yo también puedo”.
Para finalizar veremos cómo le
damos el uso a la palabra “respeto” y que es respeto para los estadunidenses:
Para el mexicano implica “obedecer”,
“amar” “sentir afecto” y cosas semejantes. Ya sea relacionadas con la madre porque
con el sudor de su frente lo crio, lo saco adelante y le dio educación. Por el
jefe, el gobierno, el vecino de alado, porque tiene estudios, sabe más que yo y
tiene dinero.
En cambio para el estadunidense
respeto implica “sentido democrático”, “admirar a las personas por sus
cualidades”, ser considerado con los sentimientos e ideas de la gente”, “brindar
oportunidades de expresión y de crecimiento”
y “no inmiscuirse en la vida privada de otras personas”.
Así es como vemos que los
norteamericanos son hombres de futuro, mientas que los mexicanos son hombres de
pasado.